Una buena rutina domiciliaria es fundamental para mantener la piel sana y prevenir enfermedades. Para poder entender el cuidado de la piel, es imprescindible conocer algunos conceptos de la piel y sus funciones.
La piel es un órgano complejo que engloba belleza, salud y enfermedad.
Las funciones de la piel son proporcionar una barrera física frente al mundo exterior, protegernos de los rayos UV, evitar la pérdida de agua e impedir la entrada de sustancias químicas y microbios. También regula la temperatura y es fundamental para la producción de Vitamina D.
“Nuestra obsesión por conseguir una piel radiante hace que nos olvidemos de agradecerle todas las cosas que hace por nosotros cada día.”
Nuestra piel está compuesta básicamente por dos partes:
EPIDERMIS
Donde en la parte más externa esta la capa cornea, que son células muertas que se renuevan cada 28 días, y con la edad esta función se va enlenteciendo por lo que podemos ayudar a nuestra piel con los Peeling.
También encontramos los queratinocitos, son las células principales en esta capa ayudan a protegernos.
Los meloncitos, producen un pigmento llamado melanina, que da el color a nuestra piel y nos protege de los rayos UV.
Las células de Langerhans, nos protegen de microorganismo e infecciones.
Y por último las células de Merkel, son las más profundas y nos proporcionan el sentido del tacto.
DERMIS
Se encuentra justo debajo de la epidermis, proporciona soporte y elasticidad a la piel, se compone principalmente de ácido hialurónico, colágeno y elastina.
El colágeno es una proteína de nuestro cuerpo y proporciona a la piel soporte, fuerza y rigidez.
La elastina aporta elasticidad a la piel, permitiendo que la piel vuelva a su forma original si se estira.
El ácido hialurónico tiene la capacidad de retener más de mil veces su peso en agua, por lo tanto proporciona a la piel volumen e hidratación.